Historia y Valores Maristas

Nuestro legado, nuestra inspiración

Sumérgete en la rica historia y los profundos valores que conforman la identidad de la comunidad marista en el Colegio San José de Armenia. Desde la fundación del Instituto por Marcelino Champagnat hasta la expansión global de los hermanos maristas, nuestra misión de educar con amor y compromiso ha perdurado a lo largo de los años. Descubre cómo el espíritu de familia, la sencillez de vida, el amor al trabajo y la inspiración en María guían nuestra labor educativa, creando un ambiente de acogida y crecimiento para todos nuestros estudiantes.

Marcelino Champagnat funda el Instituto religioso laical en La Valla, Francia, con el nombre de Hermanitos de María.
Aprobación pontificia del Instituto, que pasa a llamarse Hermanos Maristas de la Enseñanza (FMS).
Llegada de siete hermanos Maristas al puerto de Buenaventura, Colombia, dando inicio a la labor marista en el país.
Expansión global de la comunidad marista a través de la apertura de escuelas primarias y secundarias, universidades, orfanatos y centros de salud en diversos países de Europa, América, África, Asia y Oceanía.
Continuación del legado de Marcelino Champagnat mediante la educación de niños y jóvenes, con un énfasis en la promoción de valores como el amor a María, el espíritu de familia, la sencillez de vida y el amor al trabajo.
Los hermanos maristas, junto con miles de laicos comprometidos, continúan su labor educativa en más de 70 países, impactando la vida de cientos de miles de estudiantes alrededor del mundo.
1817
1863
1889
Siglo XX
Siglo XXI
Presente

Valores y Principios

Con un peculiar estilo marista

Nuestro estilo educativo se fundamenta en una visión verdaderamente integral de la educación, que busca conscientemente comunicar valores. A la vez que  compartimos esta misma visión con muchos educadores, especialmente en los ámbitos de Iglesia, nosotros utilizamos una metodología pedagógica peculiar que Marcelino y los primeros Maristas iniciaron y que era innovadora en muchos aspectos.  

Hacemos nuestro su pensamiento de que “para educar bien a los niños hay que amarlos, y amarlos a todos por igual”.1 Según este principio, las características particulares de nuestro estilo educativo son: presencia, sencillez, espíritu de familia, amor al trabajo y seguir el modelo de María. Intentamos adoptar estas actitudes y valores como nuestra forma  de inculturar el Evangelio. Es la suma de estas cualidades y su interacción lo que da a la metodología marista su originalidad, inspirada por el Espíritu.  

Presencia

La importancia de estar presentes en la vida de los jóvenes, mostrando interés genuino por ellos, brindándoles apoyo y acompañándolos en su desarrollo personal y académico.

Sencillez

La autenticidad y la transparencia en las relaciones humanas, evitando la ostentación y practicando la humildad en todas las acciones.

Espíritu de familia

Fomentar un ambiente de acogida, aceptación y pertenencia, donde cada persona se sienta valorada y apreciada como miembro de una comunidad unida por el amor y el respeto mutuo.

Amor al trabajo

La dedicación, el esfuerzo y la constancia en el cumplimiento de las responsabilidades, inspirados por el ejemplo de Marcelino Champagnat, quien valoraba el trabajo como un medio de realización personal y servicio a los demás.

A la manera de María

Inspirarse en el ejemplo de María como modelo de fe, ternura, fortaleza y constancia en la entrega a Dios y al prójimo, buscando imitar sus actitudes en la vida diaria y en el servicio a los demás.

Estos valores son los pilares sobre los cuales se construye la identidad y la misión de la comunidad marista, guiando todas sus acciones y decisiones en el ámbito educativo y pastoral.